¡Adiós, Radicales libres!

La fresa, fruto rojo por excelencia, proporciona al organismo muchos beneficios. Entre sus propiedades, encontramos un fuerte poder astringente, antihemorrágico y antitumoral. La presencia de flavonoides, antioxidantes, vitaminas y sales minerales permite prevenir tumores, diabetes y problemas cardiovasculares. Rica en vitamina C, es considerada un valioso antioxidante natural que previene las arrugas y reduce la retención de agua, favoreciendo la absorción de hierro y la producción de colágeno. Las presentes antocianinas estimulan el uso de los depósitos de grasa, para producir energía, combatir el estrés y proteger la vista.

La bondad de las fresas: basta poco para mantenerse en forma

El efecto beneficioso de las fresas afecta a diferentes áreas del cuerpo, contribuyendo a la salud de todo el organismo.

• en la sangre: regulando el nivel de azúcar, evitando el pico glucémico que, en muchos casos, determina el aumento de peso, cambios de humor, diabetes
• en los músculos: reduce y retarda los procesos inflamatorios
• en el esófago: contrarresta la producción de células cancerosas
• en el hígado: gracias a las fibras, son eficaces en el tratamiento de la gastritis y la diarrea.
• protegen los dientes: ricos en xilitol, las fresas contrarrestan la formación de placa y tártaro
• ayudan a prevenir la reducción de las facultades motoras y cognitivas asociadas al envejecimiento y especialmente al Alzheimer y mejoran la capacidad de memoria, gracias a la presencia de fósforo

Ricas en calcio, hierro y magnesio se recomiendan para aquellos que sufren de artrosis, gota y reumatismo. Compuestas hasta el 90% de agua, son recomendadas por sus propiedades laxantes, diuréticas y depurativas. La presencia de fibras aumenta la sensación de saciedad, regulariza el intestino y reduce la absorción de azúcares. Por estas razones, el consumo de las fresas permite activar el metabolismo de los lipídico, facilitando la pérdida de peso.

Beneficios de las fresas: la opinión positiva de los científicos

Una investigación publicada en el Journal of Nutritional Bioquímica ha demostrado que los sabrosos frutos rojos pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol malo y triglicéridos, mejorando el perfil lipídico de la sangre y reduciendo, por tanto, los factores de riesgo cardiovascular. Las fresas constituyen una valiosa ayuda para reducir el colesterol y reparar los daños arteriales. Protegiendo la piel de los daños de los rayos ultravioleta y el estómago de los efectos del alcohol.

Arándanos a voluntad para la salud del sistema cardiovascular

En un anuncio publicado en la famosa revista "Circulation", el profesor Eric Rimm de la Escuela de Medicina de Harvard ha demostrado que el consumo de fresas y arándanos mejora en gran medida la elasticidad de los vasos sanguíneos y la limpieza de sus paredes internas, reduciendo el riesgo de placas ateroscleróticas.

Tales variedades de frutas se componen de sustancias específicas llamadas bioflavonoides y antocianinas, que actúan positivamente sobre el sistema cardiovascular. Los primeros actúan reforzando las paredes de los vasos sanguíneos más pequeños, contrarrestando los ataques de organismos patógenos y eliminando los desechos de las celulas. Las antocianinas, por otra parte, protegen los vasos más grandes de las peligrosas las placas ateroscleróticas.

Todo el sabor de los frutos rojos

Fresas y arándanos son una verdadera delicadeza: frescos y tentadores, que despiertan la fantasía de grandes y pequeños. Son los frutos ideales para comer en el desayuno, para comenzar bien el día. Sus muchos efectos beneficiosos los coronan entre los mejores frutos útiles para una dieta equilibrada.